El poder de grupo: busca tu tribu

Siempre fui sociable, siempre fui amiguera, siempre me sentí bien en grupo. Ojo, también aprendí y me gusta estar sola y solo escuchar mi cabeza (donde hay mil voces!) pero de lo que quiero hablar es de esa fuerza imbatible que sólo se genera con la suma de varias personas, en un grupo. La sinergia que se produce en un grupo para mi va a ser siempre más poderosa de lo que logre uno solo como individuo.

De más chica fui haciendo grupos y grupitos por donde fui pasando. A muchos le sonará conocido, los amigos de la infancia, los amigos del cole, los amigos del secundario, los amigos de afuera del cole, los amigos del verano, los amigos de la facu y después el grupo de cada trabajo por el que pasé. De cada trabajo que tuve (y fueron como 5 en Argentina solo), siempre, siempre me llevé amigos de verdad. Con la gran mayoría guardo contacto y con otros un cariño inmenso que al vernos un solo abrazo y una sonrisa dejan en claro que el sentimiento es mutuo.

En determinado momento de mi vida me empezaron a señalar como característica mía que era capaz de relacionarme con cualquier persona, en cualquier ambiente y que a cada uno le encontraba algo positivo. La verdad es que hasta ese momento, nunca lo había visto de esa manera pero cuando me lo puse a pensar me di cuenta que había mucho de cierto. Una íntima amiga (si Flor, sos vos) se refería a mi diciendo «la llevas a Jose y te hace quedar bien con Dios y con el Diablo». Al principio casi que me pareció un insulto pero después entendí que se refería a esta capacidad casi camaleónica que tengo de encontrar mi lugar en cualquier grupo.

Con el tiempo comprendí que por más que haya personas que sé que pueden convertirse en muy amigas y otras no tanto, son pocas la personas de quienes no se pueda aprender algo.

Este tema me volvió a la cabeza ahora porque en este momento con algunas amigas teníamos el mismo objetivo: bajar de peso. Armamos un grupo de chat y es impresionante la motivación que nos generamos entre todas, el grupo es TODO nos leo escribir una y otra vez y es tal cual. Creo que en esta etapa de la vida además de las amigas empiezan a armarse grupos de afinidad, tribus. Juntarse con esas personas con quienes compartimos un interés común.
Siempre dije que para mi lo más rico de hacer un Master cuando ya hemos transcurrido un camino profesional en la carrera no es tanto la parte académica en sí, sino el intercambio con los compañeros del Master. Cada uno llegó ahí con un camino recorrido distinto al nuestro que nos va a aportar otra experiencia, otra perspectiva.

Encontrarse en algún punto de coincidencia en cualquier momento de la vida, juntarse, unirse y retroalimentarse, es muy poderoso.

A quien no le pasó que su principal sostén como mamá primeriza (y de un segundo y tercero…) no fue el pediatra, no fue su mamá, sino una tribu de Mamis.

Esto es igual, nos vamos pasando tips, la fuerza de voluntad de la otra te motiva a vos a hacer lo mismo, nos tentamos con recetas, nos apoyamos cuando alguna no está tan bien en su objetivo, nos felicitamos, festejamos, NOS ACOMPAÑAMOS.
Aunque sería genial poder hacer deporte juntas por ejemplo, ni siquiera es necesario porque todo esto se crea incluso por chat (viven a más de 100km de casa). Esto es lo increíble de la era actual, la tecnología hace posible encuentros aún más imposibles y por ende, más ricos.

Si tenés un objetivo que te cuesta lograr, si está incursionando en un tema nuevo y queés aprender y explorar más, si querés sentirte acompañada: BUSCÁ TU TRIBU. No te vas a arrepentir.